La ansiedad, para aquellos que no sepan muy bien como funciona a nivel neuropsicológico, no es más que la reacción psicofisiológica que tiene nuestro cuerpo y mente ante la creencia racional o irracional de que existe un peligro o amenaza. Cuando las personas interpretamos cierto estímulo como algo que nos preocupa o pone en peligro nuestra integridad, nuestra sistema nervioso autónomo se activa y empezamos a segregar cortisol, (hormona del estrés), por lo que entra en acción el sistema simpático, que se encarga de preparar al cuerpo para la acción y la producción de la energía que necesita. Para ello libera dos productos químicos (la adrenalina y la noradrenalina), que desencadenan una respuesta completa, es decir, se experimentan todos los síntomas que componen la respuesta de ansiedad (lucha y huida).
Para que nos entendamos, el proceso por el que pasa nuestro cuerpo y mente es el mismo que si tuviéramos delante un león hambriento.
- A nivel cognitivo, comenzamos a pensar que estamos en peligro y nos surgen pensamientos catastróficos ( «seguro que esto me sale mal», «no seré capaz de soportarlo», «el tren en el que viajo va a descarrilar», etc). Y a nivel emocional comenzamos a sentir, agobio, nerviosismo, miedo o inquietud
- A nivel fisiológico el cuerpo se prepara para la lucha o para la huida (de la amenaza), aumentan nuestros niveles de cortisol (hormona del estrés) para protegernos del peligro, por lo que el ritmo cardíaco y el flujo sanguíneo aumentan, sentimos sensación de inquietud, nuestros músculos se tensan, sensación de falta de aire, opresión en el pecho, temblores en las extremidades y sudoración entre otros.
- A nivel conductual, nuestro cuerpo y mente nos pide reaccionar, como por ejemplo: no parar de dar vueltas fruto de la agitación, buscar información sobre la preocupación, salir corriendo del lugar en el que te encuentras, o por el contrario no acudir a según que sitios por temor.
En la mayoría de los casos, la ansiedad se produce a raíz de la errónea interpretación de ciertas situaciones o estímulos, atribuyéndolas como amenazantes.
¿Cómo comenzamos a sufrir ansiedad?
Posiblemente porque en algún momento pasaste una mala experiencia en la que te pusiste muy nervioso/agitado o temeroso y des de entonces, el cuerpo crea una asociación entre un posible contexto similar al anterior y la posibilidad de que los síntomas se vuelvan a repetir, lo que en psicología hemos llamado siempre condicionamiento clásico.
El círculo vicioso que mantiene la ansiedad suele ser el propio miedo a sufrir los síntomas, como no quiero pasar por ello, comienzo a condicionarme desde antes del acontecimiento, (ansiedad anticipatoria), y me pongo en la peor de las opciones para protegerme. El propio miedo a sufrirla ya genera emociones negativas y sensación de peligro, por lo que automáticamente se nos dispara el cortisol, y nuestro cuerpo comienza a generar todos los síntomas de ansiedad temidos.
Con cariño,
Mar Araujo
arpapsicologia.com